miércoles, 16 de octubre de 2013

Gregory Porter, nuevo cd: Liquid Spirit (Blue Note)

GREGORY PORTER

LIQUID SPIRIT



Artistas como el cantante y compositor norteamericano Gregory Porter aparecen muy de vez en cuando: una voz que emociona, un músico que escribe sus propias canciones y tiene un abanico expresivo impresionante, no son frecuentes en los últimos tiempos en el mundo del jazz y el soul.
Considerado por la prensa especializada y las audiencias de todo el mundo como un cantante de los que ya no hay, capaces de combinar de forma absolutamente natural calidad artística con el potencial comercial necesario para llegar al gran público, Gregory Porter es sin dudas la gran voz masculina contemporánea.
Si bien ya tiene dos álbumes anteriores editados a través de un sello indie (por los que tuvo dos nominaciones en los Grammy), “Liquid Spirit”, es el primero para el emblemático sello Blue Note Records.
Además de tener un registro barítono verdaderamente cautivante, la música de Porter en este nuevo álbum nos ofrece una amalgama irresistible de elementos del soul, el blues y el gospel. Don Was, mítico productor y hoy Presidente de Blue Note, lo incitó justamente a mantenerse fiel a su visión artística, esa que lo hace autodefinirse así: “me considero firmemente un cantante de jazz, pero disfruto el blues, el soul negro del sur y el gospel. Estos elementos se cuelan en mi música. Y yo siempre los he escuchado en el jazz”.
El cantante vuelve a trabajar aquí acompañado por el mismo equipo de músicos y técnicos con los que dio forma a sus celebrados discos anteriores: el pianista y director musical Chip Crawford, el baterista Emanuel Harrold, el bajista Aaron James, los saxofonistas Yosuke Sato (alto) y Tivon Pennicott (tenor), el productor Brian Bacchus y el arreglador y productor asociado Kamau Kenyatta (su mentor musical años atrás en California)
Porter es un verdadero intérprete con alma, capaz de transmitir tanto la parte emocional como intelectual de una canción sin tener que depender de histrionismos vocales. No en vano una grande como su colega Dee Dee Bridgewater lo alabó en la publicación JazzTimes diciendo: “No hemos tenido un cantante masculino como él en un largo tiempo. Y es un autor tan maravilloso. Cuenta esas grandes historias”.
Efectivamente, Gregory tiene un don increíble para escribir canciones conmovedoras basadas en experiencias personales, con una inmediatez emocional y cercanía que permiten una identificación de parte del oyente. Sus melodías son muy pegadizas, se meten bajo la piel al instante.
Como una evolución de la analogía acuática que caracterizó su primer disco “Water” (2010), la lírica de “Liquid Spirit” toca los mismos temas universales en su lírica, particularmente los altos y bajos del romance, su infancia, y las observaciones socio-políticas. A sus diez temas originales se le suman en el tracklist sus personales lecturas de tres standards no demasiado transitados, pero hermosos clásicos al fin: “The ‘In’ Crowd” (Ramsey Lewis/Billy Page), “Lonesome Lover” (Abbey Lincoln/Max Roach) y “I Fall In Love Too Easily” (Sammy Cahn/Jule Styne).
El primer corte, un entusiasta gospel-jazz con percusión a pura palmada que da nombre al disco, es un buen ejemplo de su habilidad letrística: en él propone darles a los oyentes ‘sedientos’ una música substancial, que los llene.
En sus palabras: “Creo que quizás lo que estoy haciendo es lo que la gente realmente quiere escuchar. Hay algunas personas que necesitan ese ‘espíritu líquido’ –un sonido enternecedor y amable– y no lo han estado recibiendo”.




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